Perfumada en diamantes.

Ver lo que pasa a tu alrededor y no hacer nada. Ver como la utiliza sin compasión. Ver como sonrie como si nada pasara, como si todo fuera bien. Y ella, tan indefensa, tan feliz, tan... tan ella. Cree que está en un cuento de hadas, cuando en realidad se metió en la boca de un gran lobo que solo se la quiere comer... o alomejor no... quien sabe... solo él. Él trata esto como si todo fuera un simple juego, un juego en el que él siempre gana. Él es como un comprador... solo tiene que elegir a una de las dos muñecas. Siempre ganará. Pero no, no me da la realísima gana. Cariño, eres tú el que se ha metido en la boca del lobo. Ella es mi amiga... rompele el corazón, y no habrá médico en la faz de la Tierra que sea capaz de averiguar que tú un día fuistes quien eres ahora. Pero tú tranquilo, no es una amenaza, solo es... bueno sí, sí es una amenaza.