Perfumada en diamantes.

Hablo de pintarte las uñas solo de una mano y de vestirte con las camisas de tu padre, de hablar durante horas por el teléfono con la persona que te complementa, de escuchar rock n roll a las doce de la noche a todo volumen y bailar como loca, o de comer tantas chuches que te pongas mala. Hablo de sonreír si tienes ganas, o no, y de enfadarte si te dan los motivos necesarios. Hablo de saltar por la calle y gritar las veces que te de la gana su nombre, o de gritar simplemente tu canción preferida una y otra vez. Hablo de mirar el cielo las veces que te de la gana y de ponerte tonta si te hacen cosas que no te gustan, de pasar olímpicamente de todo cuando te convenga y de reirte a carcajadas si el cuerpo te lo pide. Hablo de dar vueltas sobre tí misma con los brazos abiertos esperando a caerte sobre la verde hierba, y de arrancarla todas las veces que te de la gana. Hablo de ir por la calle a lo loco con tus amigas mientras haceis dos mil, quinientas cincuenta y ocho locuras diferentes y de hacer pompas tan grandes como casas. Hablo de amar a alguien con tanta fuerza, que a veces se te olvide que hay más personas en este gran mundo, y de mirarle tan descaradamente que tenga que venir a preguntarte si pasa algo.

Hablo de gritarle a los cuatro vientos que te da exactamente igual lo que la gente piense o diga de ti.