Perfumada en diamantes.

¿Alguna vez has querido ser la chica que recibe un abrazo y un beso de él todos los días? La chica que se viste su sudadera o lleva su colonia impregnada en su cuello, la chica que él llama cada mañana y cada noche porque quería ser el primer adiós y hola del día. La chica que echa de menos y piensa sin parar. La chica de la le que habla a sus amigos, y de la que tiene miedo de que la vaya a perder. La chica que se vuelve loco sin antes conversar con ella una vez al día. Sí, he soñado con eso más de una vez. Esa chica que vive a millas de él, pero por eso le encanta tanto, porque le gusta la manera en que le hecha de menos. Aquella chica que lo convierte en risas y sonrisas. Ellos tienen apodos lindos que realmente tienen un significado. Ella puede actuar de forma loca, pero él ve a través de ella. Pero la única cosa que le encanta es que él la recibe y entiende sus sentimientos y su amor por él. Sí, quiero ser esa chica, pero la vida es injusta y me ha tocado ser la chica que ve como él es feliz sin ella, la que llora por las noches de su ausencia en su mente y la que se lamenta cada minuto de su amor por él.