Eran las tres de la mañana cuando el móvil de Ana empezó a sonar. Sacó la mano de la cama y de mala manera, empezó a buscar en la oscuridad de su cuarto el móvil y al notarlo, lo cogío sin ver quién era.
-¿Quíen es?
+Ana, soy Fer
-Dios mio, Fer, son las tres... son las tres y cuarto de la mañana
+Lo sé, pero solo quería escuchar tu voz una vez más
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