Oh, aquí pondré mi descanso eterno y sacudiré el yugo de las estrellas enemigas quitándolo de esta carne harta del mundo. Ojos, mirad por última vez. Brazos, dad vuestro último abrazo.Y vosotros, labios, puertas del aliento... sellad con legítimo beso una concesión sin término a la muerte rapaz.
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